Un día de comunión

Es tiempo de comuniones, y a principios de mes estuve en la de la de Isabel. Está claro que no podía faltar a la suya, pues yo la adoro; pequeña, bonita, pizpireta, mu resalá y con ojazos negros brillantes y llenos de ilusión.

Allí nos juntamos su familia y amig@s y lo pasamos tan tan bien, que allí nos dieron más de las 9 de la noche y no había manera de echarnos... yo creo que los encargados del restaurante se pensaron que nos quedábamos allí a vivir... y es que el día aquí en Sevilla salió precioso y acompañó en todo momento.

Y claro como la reina era ella, tuvo un impresionante mesa de chuches que encantó a l@s niñ@s y no tanto... Las brochetas de nubes, cupcakes y golosinas de todo tipos también se vistieron de comunión y lucían perfectas entre y guirnaldas, y pompones de papel.

¿A que no os miento en absoluto?

Isabel es una enamorada de las manualidades, disfruta muchísimo con ellas y con sólo 10 años tiene una capacidad asombrosa y no os podéis imaginar lo bien que hace crochet.

Así que está claro que  tod@s tuvimos nuestros regalos.

Unos recuerdos divertidos y muy diferentes a los clásicos y añejos de toda la vida. Su hermano que tiene 7 años la pintó y escribió el recordatorio, luego la imprenta se encargó de todo lo demás.

Y para "las chicas", un collar la mar de chulo que hizo Isabel con ayuda de su mami. En total 53 collares, hechos con las tan en tendencia cápsulas de café recicladas.

En mi próximo artículo os pondré el DIY de como hacerlo si os ha gustado tanto como a mí.

Nada de recuerdos que acaban en... prefiero no decirlo.

Doy fe de que el collar me lo pongo, queda genial con mis camisetas veraniegas.

Ya sabéis si necesitáis hacer recuerdos o regalos diferentes y hechos por vostr@s, tomad nota de éstos.

Besotes y ya me contáis.