Hace unos meses llegaron Sofía e Irene a este caótico mundo; dos muñecas preciosas de piel clara como sus madres, las hijas de dos compañeras de trabajo.
Así que con el vicio que tengo a hacer cestos de trapillo no encontré mejor ocasión para hacerles uno y que así puedan ordenar algunos de la cantidad de productos que se necesitan para cuidarlos.
Así que con el vicio que tengo a hacer cestos de trapillo no encontré mejor ocasión para hacerles uno y que así puedan ordenar algunos de la cantidad de productos que se necesitan para cuidarlos.
Si os gustan y estáis pensando en contribuir a las futuras pensiones de este país, yo encantada os hago uno.
Y por supuesto os pongo como lo he hecho por si preferís hacerlo vosotras.
Este es el primer modelo que he hecho; en un artículo posterior pondré el otro que es diferente.